20120218

El segundo principio o Continuidad de la mediocridad de manera consciente más no feliz … mas bien ojala y pase a ser una postura mas productiva

De verdad que siempre he empezado a escribir pero nunca de manera consistente, existe un latente y como siempre lo llamo un “estado de miedo huidizo” de que no se escribir y por lo tanto me ahorre mis palabras y mis sintaxis faltas de coherencia, mis estructuras de pensamiento absurdas y vacías, a manera de auto- sabotearme y ser un conformista, un mediocre.

Recuerdo que en la preparatoria la maestra Lurdes nos preguntaba que si sabíamos leer y escribir, a respuesta obvia respondíamos de manera unánime a forma de cantaleta escolar con una pesadez en el acento “pues sí”, entonces nos cuestionaba nuevamente “¿entonces porque no escriben y leen?” a esta segunda interrogante solo nos quedábamos callados y un poco frustrados, algunos ni les remordía ni les acongojaba este ejercicio de introspección, a mi de manera extraña si funcionó digo desde entonces me lo pregunto pero solo eso… solo me lo pregunto… no lo llevo acabo. “Siento que debería empezar a leer “ JA, risa es lo que me auto proclamó ya que para que me lo pregunto nuevamente solo debería hacerlo y ya eso creo que es el problema ese “solo hacerlo” no es algo común así que empiezo.

Mi primer post será un poema de Rubén Darío llamado "En una primera página", a manera metafórica de este nuevo nuevo comienzo:

Cálamo, deja aquí correr tu negra fuente.

Es el pórtico en donde la Idea alza la frente luminosa y al templo de sus ritos penetra.

Cálamo, pon el símbolo divino de la letra en gloria del vidente cuya alma está en su lira.

Bendición al que entiende, bendición al que admira.

De ensueño, la plata o nieve, esta es la blanca puerta.

Entrad los que pensáis y soñáis.

Ya esta abierta.

Rubén Darío, El Canto Errante, 1907.

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